En el mundo del deporte, muchas veces se habla de entrenamiento, fuerza, resistencia o incluso de suplementación, pero existe un pilar silencioso que marca la diferencia en el rendimiento: la hidratación. No importa si eres un atleta profesional, un aficionado al running o alguien que entrena en el gimnasio; mantener un buen nivel de líquidos en el cuerpo puede definir si alcanzas tus metas o terminas agotado antes de tiempo.
En este blog exploraremos por qué la hidratación es clave para el rendimiento deportivo, cómo calcular tu requerimiento de líquidos, qué errores evitar y qué papel juega la combinación de agua con electrolitos. Además, al final te daremos una recomendación para complementar tu nutrición y tu rendimiento con el calzado adecuado.
¿Por qué la hidratación es esencial para el rendimiento?
El cuerpo humano está compuesto en un 60% de agua, y durante el ejercicio perdemos líquidos principalmente a través del sudor y la respiración. Si no repones esos líquidos, tu organismo entra en un estado de deshidratación, lo que afecta directamente tu rendimiento.
Algunos efectos de no hidratarte adecuadamente son:
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Disminución de la resistencia: incluso una pérdida del 2% de líquidos corporales reduce notablemente la energía.
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Fatiga muscular: los músculos necesitan agua para contraerse y relajarse de forma eficiente.
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Problemas de concentración: la deshidratación afecta el enfoque mental, algo clave en deportes de precisión y estrategia.
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Riesgo de calambres: la falta de electrolitos como sodio y potasio favorece la aparición de espasmos musculares.
En pocas palabras, hidratarte bien es igual de importante que entrenar correctamente.
¿Cuánta agua necesitas realmente?
No existe una única fórmula universal, pero una guía práctica es la siguiente:
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Antes del entrenamiento: entre 500 y 600 ml de agua 2 horas antes.
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Durante el entrenamiento: entre 150 y 300 ml cada 15-20 minutos, dependiendo de la intensidad y del calor ambiental.
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Después del entrenamiento: 1.5 veces el peso perdido durante la sesión. Por ejemplo, si bajaste 1 kg, debes reponer 1.5 litros de líquido.
👉 Tip extra: Pésate antes y después de entrenar. Esa diferencia es agua que debes reponer.
¿Solo agua o también electrolitos?
Si tu entrenamiento dura menos de 1 hora, el agua es suficiente. Pero en sesiones largas, deportes de resistencia o cuando entrenas bajo altas temperaturas, lo ideal es incluir bebidas con electrolitos (sodio, potasio, magnesio).
Los electrolitos ayudan a:
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Mantener el equilibrio de líquidos en las células.
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Prevenir calambres musculares.
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Mejorar la recuperación post-entrenamiento.
Puedes obtenerlos de bebidas deportivas o preparaciones caseras (agua con un poco de sal y jugo de fruta natural).
Errores comunes en la hidratación
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Beber solo cuando tienes sed: la sed aparece cuando ya existe un nivel de deshidratación.
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Abusar de las bebidas azucaradas: pueden causar malestar estomacal y no hidratan igual que el agua.
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Olvidar hidratarte después del ejercicio: muchos atletas reponen energía con comida, pero descuidan los líquidos.
Hidratación + Calzado = Rendimiento seguro
Así como la hidratación adecuada sostiene tu cuerpo desde dentro, el calzado deportivo adecuado sostiene tu cuerpo desde fuera. Unos tenis diseñados para el deporte no solo previenen lesiones, también maximizan tu desempeño al brindarte soporte, ligereza y amortiguación.
Si eres corredor o practicas deportes de alto impacto, los tenis Lotto Sport son una gran opción para acompañar tu entrenamiento. Su diseño ergonómico y tecnología en amortiguación te permiten entrenar con comodidad y seguridad.
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Conclusión
La hidratación es un pilar del rendimiento deportivo al mismo nivel que la nutrición y el descanso. Aprender a calcular tu ingesta de líquidos, incluir electrolitos cuando lo necesitas y evitar errores comunes puede marcar la diferencia en tu rendimiento. Y si lo combinas con un calzado deportivo especializado, tendrás la fórmula perfecta para entrenar con energía y reducir riesgos de lesiones.